lunes, 4 de junio de 2012

Luis Enrique Erro Soler


El Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla fue el resultado del esfuerzo de Luis Enrique Erro (1897-1955) quien, además de ser astrónomo aficionado, fue un gran político y educador. Entre sus muchas otras acciones, fundó la Escuela Nacional Politécnica, antecesora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), como diputado trabajó en las reformas al artículo tercero de la Constitución y fue diplomático en varios paises. Como astrónomo fue fundador y director del Observatorio de Tonantzintla.
Su pasión fueron las estrellas variables, y era reconocido dentro de la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO) como uno de los más dedicados, lo cual le valió la amistad de Leon Campbell, el fundador y coordinador de la asociación, quien lo pondría en contacto con Harlow Shapley, Bart Bok y otros astrónomos del Observatorio de Harvard. De ellos recibiría una valiosa ayuda, principalmente, en el diseño, construcción e instalación de un telescopio tipo Schmidt, que sería el eje de un observatorio moderno en México.

Erro también contó con un grupo de científicos y técnicos de gran nivel, Carlos Graeff Fernández, Paris Pismis, Luis Rivera Terrazas, Guillermina y Graciela González, entre otros, que hicieron un gran esfuerzo por tener uno de los mejores instrumentos de la época: la Cámara Schmidt, que pondría a la Astronomía Mexicana en primer plano mundial.



Nacido en 1897 en la ciudad de México, de padre y madre españoles originarios de Pamplona y Barcelona respectivamente, Luis Enrique Erro inició sus estudios en la ciudad de Morelia, estado de Michoacán, y los continuó en la capital mexicana. En algunas notas biográficas se indica con especial acento que Erro tuvo intereses culturales y académicos variados y que, por lo mismo, fue gran autodidacta que estudió ingeniería civil, leyes, matemáticas y ciencias sociales.
 
La inclinación de Erro por la ingeniería estuvo acompañada desde su época juvenil por las actividades editoriales y el periodismo. En 1916 dirigió la revista Gladios, de la que aparecieron únicamente dos números, los correspondientes a enero y febrero, y transcurridos apenas dos años, en 1918, dirigió la revista estudiantil San-Ev-Ank, de la que se publicaron quince números de julio a noviembre. Las tareas inherentes para la edición y la administración de estas publicaciones fueron efectuadas por un grupo entusiasta de jóvenes que en plena agitación política y sin haberse silenciado las armas estimaban, al igual que Erro, que la acción social a través de la educación y la difusión cultural y científica era valiosa y necesaria. En Gladios participaron, entre otros, Carlos Chávez, Carlos Pellicer, Octavio G. Barreda y Guillermo Dávila; mientras que en San-Ev-Ank lo hicieron nuevamente Barreda y Dávila, con colaboraciones destacadas de Jaime Torres Bodet, Francisco Xavier Gaxiola, Enrique González Rojo y otros.

Antes de cumplir los veinte años Luis Enrique Erro había tenido experiencia docente, pues entre 1916 y 1917 se desempeñó como profesor de dibujo y pintura decorativa en la Escuela de Arte Industrial “La Corregidora de Querétaro”.3 Pero los nexos de Erro con el sistema educativo mexicano tuvieron expresiones de mayores fuerza y compromiso en la década de los treintas, cuando debió participar en discusiones y planificaciones para reorientar la educación pública y fundar los espacios educativos propuestos por el gobierno cardenista.

Erro participó en el movimiento rebelde de Adolfo de la Huerta, quien en diciembre de 1923 expidió un manifiesto convocando a la rebelión armada contra el general Álvaro Obregón, acusándolo de pretender la imposición de Plutarco Elías Calles en la presidencia, pero en marzo de 1924 abandonó el país, terminando así dicha revuelta. Sin embargo, Erro tuvo que exiliarse y partió rumbo a Cuba.

De regreso en México, y ya casado con Margarita Salazar Mallén, Erro ingresó a la administración pública y ocupó en 1931, entre otros cargos, la Jefatura del Departamento de Educación Técnica de la Secretaría de Educación Pública. Ahí pudo familiarizarse con la problemática educativa que poco después intentaría solucionar participando en los proyectos que llevaron a la formación del Instituto Politécnico Nacional, encabezados por Juan de Dios Bátiz y otros educadores y políticos relevantes. Al ser electo diputado federal para el bienio 1933-1934, Erro fue nombrado presidente de la Comisión de Educación Pública de esa Legislatura y con esa responsabilidad impulsó los trabajos para reformar el artículo tercero constitucional. Al terminar su función legislativa, Erro fue nombrado uno de los miembros del Consejo Nacional de la Educación Superior y la Investigación Científica (conesic) que la administración cardenista formó a finales de 1935 para reorganizar y orientar el sistema educativo para la formación de profesionistas y la investigación científica que se requería para el desarrollo material y cultural del país. Desde este espacio se analizaron planes, se evaluaron recursos y se proyectaron diversas instituciones, lográndose la fundación de algunas dentro del período gubernamental de Lázaro Cárdenas, entre ellas el mismo Instituto Politécnico Nacional (1936).

Otra institución que fue concibiéndose paulatinamente en las sesiones de trabajo del conesic fue la que originalmente se denominó Instituto de Astrofísica de Tonantzintla, ubicada en esa población del estado mexicano de Puebla, para cuya creación trabajó Erro con especial interés tanto desde el seno de aquel Consejo como fuera de él, a finales de la década de los treintas, cuando formó parte del cuerpo diplomático mexicano primero en París, Francia, y luego en Boston, Massachusetts. Con la idea fija de fundar esa institución, Erro dedicó su tiempo en esa ciudad estadunidense a las observaciones astronómicas y a establecer sólidas relaciones de amistad y de trabajo con los especialistas y directivos del Observatorio de la Universidad de Harvard.

El Observatorio de Astrofísica de Tonantzintla fue abierto oficialmente en 1942 y Erro lo dirigió desde ese año hasta 1950 en que renunció. En ese lapso participó en la fundación de la Sociedad Matemática Mexicana (1943) y publicó El pensamiento matemático contemporáneo en 1944 dentro de las colecciones impulsadas por la Secretaría de Educación Pública. En 1951, con afecciones cardíacas que habían mermado su salud, publicó Erro su novela Los pies descalzos, iniciada en Tonantzintla y terminada en el Distrio Federal, la que en lo general fue bien recibida por la crítica literaria.

Luis Enrique Erro falleció en enero de 1955 en la Ciudad de México, aún activo en sus funciones como Consejero de la Presidencia de la República, las que desempeñó sin interrupción desde 1935.

La obra astronómica de Luis Enrique Erro mereció el reconocimiento internacional, no sólo en su época, sino también actualidad, pues la Unión Astronómica Internacional, en homenaje póstumo, inmortalizó el nombre de Erro nombrando así uno de los cráteres de la Luna, el ubicado en las coordenadas lunares: latitud 6 grados Norte, longitud 98 grados Este.

Con información de: http://www.inaoep.mx/

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